La soberbia
de Blatter
Los humanos
somos especiales. Creamos cosas a las que después culpamos de nuestros malos
ratos.
Si se trata de inventos para la comodidad, les echamos la culpa de
hacernos vagos; si hablamos de tecnología, nos quejamos de que nos hace
esclavos; si se trata de redes sociales le echamos la culpa de la agresividad y
de la intolerancia. Siempre son los elementos los culpables, no nosotros los
humanos.
Ante la
impactante noticia que se comenta en las últimas horas con respecto al
escándalo de la FIFA, no es ajeno escuchar a algunos decir que el fútbol ha
traído corrupción.
¡No
señores! El fútbol no trae la corrupción. La corrupción no viene sola, pero viene
creada por la mala fe de los humanos.
La voz del
máximo dirigente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado no tardó en
escucharse al hablar del tema, pero lejos de mostrar vergüenza propia y por sus
amigos, llegó a compadecerse… ¿De quién?... Del fútbol.
“Este es un
momento difícil para el fútbol, para los aficionados y para la FIFA como
institución” dijo Blatter.
Solo la
soberbia de quienes se sienten por encima del mal puede haberlo hecho expresar
una cosa así.
¿Momento difícil
para el fútbol, la afición y la FIFA?
No señor
Blatter. El fútbol, la afición y la FIFA no tienen nada por qué avergonzarse ni
nada que lamentar. El momento difícil es para los dirigentes, comisionados y/o
empresarios corruptos que han querido servirse ilegalmente de una de las actividades
más lindas del mundo.
El fútbol está feliz, Sabe que ahora más que nunca tiene
posibilidades de volver a sus esencia y vivir en la cancha de la mano de las 17
reglas que generan la pasión más grande en el mundo, en lugar de estar
esperando lo que unos cuantos hombres muy bien vestidos decidan en la mesa de
alguna velada de lujo.
La afición está feliz. Lee cada novedad del “FIFAGate”
con la esperanza de volver al estadio con la fe de que el mejor equipo será el
que gane en la cancha, así como de que las cosas se definan en las reglas con
igualdad de condiciones y oportunidades.
La FIFA está feliz.
Ve la oportunidad de sacar de su interior una porquería que la ha tenido
enferma por tantos años. Está feliz con haber encontrado alguien que le dé un
vomitivo para sacar la podredumbre de sus entrañas y pensar en una pronta y
seria recuperación.
El momento difícil es
para los corruptos. Los que pensaban que la impunidad era para siempre y hoy se ven
atrapados y por su avaricia, no por el fútbol.
El fútbol comienza
a vivir mejores días y está limpio… Tal vez más limpio que nunca y no hay nada
que lamentar. Como dijo Diego Maradona, en una de las pocas frases que
concuerdo con él, “La pelota no se mancha”