Viejos sueños…
Viejos cuentos…
En los ya
casi treinta años que llevo como periodista deportivo, debo haber escuchado el
tema de la famosa Liga Profesional de Fútbol Ecuatoriano unas diez veces por lo
menos.
No es
casualidad que cada vez que vuelve el tema a la palestra, el clima político
alrededor de la Federación Ecuatoriana de Fútbol esté en un punto muy
controversial. No puede ser casualidad, porque realmente no es un camino que
nace como una propuesta muy bien pensada, sino como consecuencia de un
desacuerdo de intereses con los mandos de la Federación que ellos mismos han
sostenido en el poder.
Así como
sucedió en su momento en la presidencia de Carlos Coello Martínez, Galo Roggiero Rolando
(+) o Luis Chiriboga Acosta, los diferentes protagonistas de la idea tenían en
común el considerarse lesionados por el sistema injusto de organización del
fútbol ecuatoriano, así como de supuestas ventajas o preferencias que ofrecían
los mandatarios de ocasión a grupos privilegiados.
Los
protagonistas cambian pero la historia no deja de ser la misma. Nada cambia y
todo sigue igual.
Se podrían
encontrar muchas razones y excusas para explicar los fracasos repetidos en esta
empresa. La desunión de los supuestos proponentes, la fortaleza del sistema de
la dirigencia, la falta de leyes que soporten un nuevo esquema, la siempre
ventajosa protección de los organismos internacionales del deporte rey y muchas
más… Pero sin duda alguna, existe una que es la más importante: “El proyecto no
tiene pies ni cabeza”
No me
refiero a que no sea una idea digna de ser estudiada y planificada, me refiero
precisamente a que es una idea que nunca ha sido estudiada ni planificada.
Es una idea
que nunca ha tenido bases sólidas. Parecería que alguna vez se le ocurrió a
alguien que conoció que el sistema existía en otras partes del mundo, y que sin
pensar siquiera en las diferencias históricas y estructurales, la lanzó cual
jabón que se lanza a una piscina y que nadie puede sostener.
Dirigentes
que cegados por el odio, la ambición o la impotencia, encuentran en el tema de
la Liga Profesional una vaga esperanza a la liberación de sus frustraciones…
Pero que nadie intenta hacerlo realizable.
Hasta ahora
no he escuchado a ningún dirigente hablar de estructura deportiva o institucional.
A nadie
escuché hasta ahora hablar de la forma de hacer viable el cambio.
A nadie
escuché hasta ahora hablar de asambleas legales, reformas estatutarias,
sistemas de supervivencia o reconocimientos internacionales.
A nadie
escuché hasta ahora hablar del manejo de las estructuras del fútbol
ecuatoriano.
A nadie
escuché hasta ahora hablar de un plan serio.
A nadie… ¡Y
me temo que nunca lo voy a escuchar!
Desde la
presidencia de la Federación Ecuatoriana solo los miran y me imagino que se
ríen… No necesitan hacer nada más porque el sistema está blindado.
Los máximos
dirigentes del fútbol ecuatoriano no tienen necesidad de complacer a los más
importantes, les basta con complacer a la mayoría. ¡No existe mejor blindaje
que la democracia!
El tema se seguirá
tocando, se seguirá debatiendo, se seguirá diluyendo y luego… se irá olvidando.
Tampoco hay
que descartar la oportunidad de que algunos de los noveleros proponentes de la
idea, mañana sean serios sostenedores de la vieja estructura.
Lo he escuchado
y visto tanto, que ya no asombra nada.
Seguire escuchando...para ver que escucho...dijo cantinflas
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