¿Realmente quieren terminar la violencia?
Combatir la creciente violencia
en los estadios de fútbol en Ecuador ya no es una tarea para acciones de media
tinta. Si seguimos creyendo que todo se va a resolver por su cuenta, echándole
la culpa a los demás y lamentándonos cada vez que sucede una desgracia, estamos
condenados a seguir repitiendo la historia con escenas de novelería que durarán
dos días y dos ruedas de prensa antes de enterrarse en el olvido.
Estamos cansados de contar
las veces que se prometen “Leyes Anti Violencia” que casualmente tienen el
mismo número que las víctimas de las medidas tibias.
Si realmente quieren cambiar
la historia, si realmente quieren ganarle la batalla a la violencia en los
estadios, si realmente los intereses humanos están por encima de los
comerciales y de los compromisos con la popularidad y la política, aquí les
presento una idea de medidas destinadas a combatir la desgracia que llega por
la degeneración de la pasión deportiva:
A LOS DIRIGENTES DEPORTIVOS
Deben legislar en su ámbito
con la camiseta del deporte y del bienestar humano. No pueden seguir pensando
en los artículos y sanciones con la visión de "qué pasa si me sucede a mí" y deben asumir un verdadero compromiso con su
conciencia.
1.
Agilitar
proceso de juzgamientos y sanciones
No puede seguir existiendo las famosas “salidas
reglamentarias” que requieren de que los actos vandálicos en los estadios deben
constar exclusivamente en los informes arbitrales o que los intentos de
agresiones deben consumarse para poder ser sancionados. Retirar la traba de
requerir el “vídeo certificado” del canal que transmitió oficialmente el evento
y actuar de oficio en todos los casos que pudieran constituir infracción, no
sólo en el que se involucre la “honra” de los miembros de la Federación
Ecuatoriana de Fútbol”.
En definitiva, así como dentro del campo de juego el
árbitro está obligado a “nunca beneficiar al infractor”, así mismo deben actuar
los organismos de sanción dentro de la matriz del fútbol.
2.
Endurecer
las penas
La pérdida de puntos, de partidos y hasta de la
categoría debe estar más al alcance de los organismos de sanción, sin necesidad
de esperar hasta tres advertencias en lanzamientos de objetos al campo de
juego.
Agresiones entre aficionados deben ser sancionadas con
pérdida de puntos de los dos equipos si la gresca se produjo entre barras
rivales, y con pérdida de los puntos del equipo involucrado si la gresca se
produjo entre integrantes de la misma barra. El reporte oficial de las
autoridades locales debería ser suficiente para establecer las sanciones
correspondientes, no importando si las agresiones se dieron antes, durante o
después del partido, o si hubo o no víctimas mortales.
Sanciones a jugadores, miembros de cuerpo técnico,
dirigentes o árbitros que promuevan de cualquier manera la violencia deben ser
establecidas de manera drástica por los organismos correspondientes dentro de
la FEF, llevando desde suspensiones hasta expulsiones definitivas de los
torneos. Los elementos para establecer estas sanciones podrían venir de una
comisión externa al organismo oficial que estudie el hecho punible y lo exponga
ante la comisión disciplinaria. El estudio lo podría realizar por denuncia
receptada o actuando de oficio ¿Cómo conformar este organismo? Delegados de la
Policía Nacional, Ministerio de Deportes, Ministerio de Seguridad, Defensa
Civil, etc.
Fuera del ámbito deportivo también existen responsabilidades que deben tratarse y sancionarse en organismos correspondientes con la misma severidad.
A LOS AFICIONADOS Y PERIODISTAS
Ya sea antes, durante o
después de los eventos deportivos, un aficionado debe ser susceptible de
sanción ante la ley ordinaria por acciones que pudieran generar violencia.
Un aficionado que sea
captado en cámaras de vídeo, grabaciones en entrevistas públicas, causando o
provocando violencia, debe ser procesado judicialmente por un organismo que,
después de analizar el caso, se constituya en acusador particular del sindicado
para que se cumplan los procesos de ley.
La severidad con la que los aficionados puedan ser juzgados, dependerá de los cargos por los cuales se los procese y de las leyes vigentes en la justicia ordinaria.
La prensa, en algunos casos, juega un papel importante en la generación de violencia. La publicación de declaraciones provocadoras de violencia no puede seguir siendo justificadas con el argumento de la Libertad de Expresión o con la responsabilidad exclusiva de quien lo dijo. El medio de comunicación y el periodista deben ser responsables de lo que se publica y por lo tanto sujetos al cumplimiento de la ley.
La misma Comisión de alto nivel formada para analizar casos de violencia en los estadios podría ser el organismo llamado a ser el acusador particular en casos de este tipo. Ya sea en base a denuncias receptadas o por actuaciones de oficio., los periodistas y los medios deben estar expuestos a asumir responsabilidades en juicios de imprenta.
Este análisis debe incluir la investigación de publicaciones en las diferentes redes sociales, en donde la generación de violencia es tan absurda y grosera como evidente.
A LAS BARRAS ORGANIZADAS
Los líderes deben estar
plenamente identificados y ser responsables absolutos de lo que suceda a su
interior. Deben reportar a todos los integrantes de su movimiento y rendir
cuentas a las autoridades. Las relaciones y acuerdos con los dirigentes de los
clubes debe ser estrictamente prohibida y sancionada en caso de darse.
¿Falta alguien más por
controlar? ¿Falta algo más que argumentar? ¿Hay algo de más?... ¡Estoy seguro
que sí!
Este experimento es sólo un
borrador… ¿Puede usted ayudarme a completarlo aportando ideas?... ¿Está
dispuesto a poner su granito de arena para aportar a la eliminación de la
violencia en los estadios?
Excelente, dice las cosas tales como son.
ResponderEliminarAgregaría basta de periodistas identificados como hinchas extremos, que sumados a los torpes comentarios (Vito Muñoz, Xavier Coello, Kleber Zambrano, etc) llevan al odio indirectamente a los rivales.
Basta de seudos dirigentes (Paz, Nehme, Mantilla) que con triquiñuelas buscan sembrar el odio y arman mas polémica.
Es hora del cambio generacional mental, donde los dirigentes sea lúcida y no los mecenas que hacen lo que quieren y siembran todo el odio en la gente