Vino a tratar de solidificar un nombre que medianamente había comenzado a formar en Lanús. Dejó muy claro que trataría de hacer lo posible con un plantel que él no había armado y que su trabajo se basaba en formar un equipo que peleara por el título en la temporada 2012 con la promoción de valores de la cantera.
Habló de lo
enamorado que estaba de su nueva institución y de la gran oportunidad que le
había brindado de dirigir a un grande. Se mostró maravillado de la gran
hinchada y logró crear ante ellos una imagen de soñador, batallador y aguerrido
entrenador que llevaría a su equipo a la corona número 14.
En el camino
las cosas parecían no estar tan malas como él lo pudo haber imaginado. Resulta
que el plantel del que hinchas y algunos periodistas hablaban como un ‘remedo
de equipo”, con la inclusión de un jugador de calidad como Damián Díaz y a
pesar del fracaso de haber recomendado a Aldo Duscher, ante los ojos de los nuevos
directivos comenzó sorpresivamente a funcionar al punto de estar cerca de jugar
la final del campeonato.
Cuando ese
mismo grupo de jugadores comenzó a funcionar mejor que en el primer semestre,
los discursos de depurar y preparar el plantel para el 2012 pasaron a segundo
plano así como la promesa de promover la cantera, ya que muchos de los jóvenes que
habían debutado con algo de buen suceso en el plantel, iban a ser relegados por
los experimentados que estaban abriendo una nueva esperanza inmediata.
Mientras tanto
no dejaba de adular a la generosa hinchada que hacía lucir a su equipo como
local en cualquier parte del país y nunca se atrevió a juzgarla cuando la
asistencia en el Monumental era mucho menor a la que se esperaba.
También se
consiguió la lista de los periodistas deportivos “amigos de la casa” para
lograr encaminar su imagen y sostenerse en cualquier adversidad. A ellos los
atendía, los elogiaba, se hacía bromas con ellos. Este plan le salió también al
pie de la letra porque funcionó en los momentos precisos.
Zubeldía tuvo
enormes méritos sin duda. Creó un ambiente ideal de trabajo con la hinchada,
con la prensa y con los jugadores. No necesitaba nada más para que su plan
deportivo, político y promocional funcionara. Ni siquiera necesitaba a los
directivos.
Antes de
cumplir 2 meses con Barcelona SC apareció un rumor que involucraba a Zubeldía
en la posibilidad de dirigir las formativas de la selección de su país natal,
lo que se convirtió en la gran oportunidad de dar su toque de gracia en su plan
“marquetero”. Un NO como respuesta a esa opción lo afianzaba en su imagen de
compromiso con la hinchada más grande del país, que veía con buenos ojos que su
técnico esté más enamorado del Ídolo del Ecuador que de su propia patria.
Sus constantes
expulsiones del terreno de juego, las dudas en ciertos planteamientos, los cambios
tardíos e inadecuados o el relegar a jugadores de la cantera eran ahora asuntos
menores de fácil justificación que no afectaban en nada la imagen del
entrenador.
El inicio del
2012 ya sería más fácil y tenían que darle lo que pedía. Cuando las cosas no
estaban de su agrado simplemente tenía que decirlo aunque fuera de manera pública,
con lo que conseguía fortalecerse en lo personal ante la hinchada, prensa y
jugadores, aunque el precio fuera debilitar a los dirigentes.
Así aparecieron
los reclamos por la falta de ropa de entrenamiento, por no manejar el tema
árbitros en la FEF, por no presionar al Presidente de la República para la
naturalización de Oyola, por no exigir respuesta de la sanción a Nazareno y
otras cosas más. ¿El factor común? Todos eran reclamos públicos a la
dirigencia.
Las cosas no
iban mal. Pese a perder puntos importantes como local, había logrado de visitante
los suficientes para mantenerse entre los punteros. Las valoraciones de si eso
era lo que la hinchada quería o no son motivo de otro tipo de comentario.
El partido de “punto
de quiebre” fue el que no se le pudo ganar a Liga de Quito en el Monumental.
Las presiones al parecer eran tan grandes que terminaron por hacer explotar al
Presidente y al Director Técnico en una muestra de falta de experiencia de los
dos que se pagaría caro.
Muy pocos son
los que saben lo que realmente pasó en ese camerino y en qué circunstancias.
Las versiones de entrenador y directivo fueron muy similares en cuanto a dar
pocas luces al respecto y abrió la posibilidad a los elucubradores de crear sus
propias tramas y a los receptores de elegir a quien creer.
El trabajo
realizado a todo nivel en casi 10 meses dio sus frutos y la gran mayoría
prefirió darle mayor crédito al entrenador y descargar contra el directivo.
La institución
debe continuar. Zubeldía ya se fue con un letrerito de “intocable” y con la
popularidad y la “plusvalía” en alza. Ya
fue anunciado como entrenador de Racing tal como los rumores surgidos al día
siguiente de su renuncia lo indicaban, así que la vida continúa de colores para
él.
Acá los
directivos ya dieron la vuelta a la página y trajeron un profesional con mejor currículo
que su predecesor. El nuevo y repentino proceso arrancará con una seguidilla de
partidos con los rivales más complicados del torneo y que Zubeldía verá desde
lejos.
Así son las
cosas hoy. Cada quien labra su destino y aunque a veces funciona, otras veces
no.
Una visón bastante noble y a la vez puntiaguda...voy a republicarla, el concepto d la escritura tiene mucha calidad ...q bacán!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras!! Será un honor participar de Cabina14
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