O la “rueda” del odio
Es de perfil bajo. No es de
dar muchas entrevistas ni de pasearse por la vida pública muy a menudo. Casi
podría asegurar que mucha gente que pudiera verlo en la calle no estaría segura
de reconocerlo… Pero si llegan a leer su nombre muchos son capaces de mostrar
los más bajos conceptos en su contra.
Un técnico con excelentes
resultados en selecciones sub 20 de su país con las que quedó tercero en un
sudamericano, ganó un campeonato “Esperanzas de Toulon” en Francia, fue tercero
en un Mundial y cuarto en un Copa América con la Selección Absoluta. Con Honduras
tuvo la oportunidad de mantenerla siempre entre las cuatro mejores selecciones
de la CONCACAF y terminó clasificándola para el Mundial.
Como si fuera poco, después
de una Copa América en la que le fue mal con la selección ecuatoriana, ha
logrado mantener una campaña brillante en la Clasificatoria Sudamericana, en la
que nos tiene en un merecido segundo lugar con el mejor record que hayamos
tenido a estas alturas desde que se juega este sistema clasificatorio.
La Selección Ecuatoriana nos
ha brindado partidos memorables ya sea en amistosos o en juegos oficiales, consiguiendo
incluso resultados impensables y que hoy nos tienen a “tiro de clasificación”.
Pero… ¿Todavía odian a
Rueda?
Sin ser una encuesta técnica
ni mucho menos, un ingenuo sondeo en twitter me llevó a descubrir que, por lo
menos entre mis gentiles seguidores, la mayoría aún manifiesta un rechazo a la
actuación de Reinaldo Rueda en la selección tricolor.
“El mérito no es de él sino
de los jugadores”, “No es técnico para nuestra selección”, “La Selección no
juega bien”, “Le falta calidad”… Son unas pocas respuestas “publicables”
recibidas ante la inquietud. Entonces… ¿Qué más debe hacer Rueda para agradar a
la mayoría de la gente?
¡Yo tengo una teoría!... Tal
vez no es la única o la correcta pero tengo mi teoría.
El técnico colombiano está
encerrado en una “Rueda de Odio” de la que va a ser muy difícil salir.
Odiamos que alguien no haga
lo que nos gusta, odiamos que alguien tenga éxito, odiamos que nuestras teorías
se desvanezcan ante realidades y haremos lo posible para que prevalezcan por
encima de ellas y así… Y lo malo es que si odiamos, lo hacemos con tanta fuerza
que no podemos ni ver las virtudes que pudieran existir. A veces nos atrevemos
a odiar hasta por “herencia”.
Gran parte del “odio” a
Rueda tiene que ver con el que lo contrató. No voy a descubrir nada si digo que
sobre Luis Chiriboga pesa un odio generalizado y casi enfermizo. Al igual que su
heredero Rueda, Chiriboga tiene una trayectoria de éxitos al frente de la
Federación Ecuatoriana de Fútbol que muchos no quieren aceptar pese a lo evidente que es.
¿La prensa tiene que ver?...
No todos, pero seguro que sí.
Una parte de la prensa no le
va a perdonar que, pese a lo mucho que lo han combatido, el dirigente haya
salido incólume y exitoso en sus gestiones. ¿Que tiene errores?, Claro que sí.
Pero al final del camino los resultados le dieron la razón.
El regionalismo y los egos
elevados terminaron de hacer el trabajo. Conducen algunos de ellos la opinión
de manera que generan rumores, generan desconfianza, generan malestar pero
nunca generan una prueba de nada… Pero eso es suficiente.
Si Rueda fue la elección de
Chiriboga, entonces sus éxitos pretenderán ser minimizados. Si gana es porque
tiene muy buenos jugadores, los rivales son malos o tuvo suerte. Si pierde es
porque el técnico no sabe su trabajo.
¡Qué triste herencia que le ha dejado Chiriboga
a Rueda! Una cruz muy difícil de llevar.
Pero el colombiano no se
inmuta. Ni cuando gana ni cuando pierde, ni cuando lo elogian ni cuando lo
insultan, ni cuando le dicen que no está a la altura ni cuando le dicen que
está entre los 10 mejores seleccionadores del mundo. Esa es su mejor respuesta.
Rueda sabe que cuando
clasifique al Mundial estará feliz por su trabajo y no por lo que los demás le
digan…. Ese será su mejor triunfo.
Ni si quiera se dará cuenta de que le dará el peor de los desafíos a sus
detractores: seguir creando respuestas para tratar de seguir
teniendo la razón, esa será su impensada venganza.
Cada vez se hace más difícil
ser dueños de nuestra propia opinión ante tanta manipulación mediática… Pero al
igual que Rueda asumió su reto con la selección, nos tocará a nosotros asumir
nuestro reto con la verdad y no con lo que algunos nos quieran vender.