martes, 22 de diciembre de 2015

Lo que necesita Barcelona

¡Hay que cambiar!

Yo estoy consciente de que la administración de Eduardo Maruri en Barcelona terminó siendo un desastre. Cuando yo llegué a la institución tenía un proyecto deportivo muy interesante, así como un plan de reivindicación institucional muy claro. Al final terminó rindiéndose ante la presión pública y mediática porque lamentablemente eso le dictaba su ego y le exigían sus aspiraciones personales. Ese fue el principio de su triste fin.

De la misma manera no tengo ninguna duda de que la administración de los Noboa ha sido aún peor y lapidaria. Llegaron llenos de prepotencia, de denuncias y de promesas de cambio y transparencia. Al final entregaron un título que resultó tener un precio que nunca pudieron pagar, tanto así que terminaron huyendo sin cumplir sus compromisos.

Maruri terminó su aventura en Barcelona llorando como Magdalena y los Nobloa la terminaron huyendo como… como ustedes quieran ponerle.

La nueva directiva ha iniciado con buen pie, dando prioridad a lo importante en lugar de lo urgente y la gente que piensa en el bienestar de su club debería apoyar esa postura.

Socios e hinchas se la han pasado reclamando, con mucha razón,  cuentas claras, la verdad de la situación de Barcelona y responsabilidad con la institución, pero apenas los nuevos directivos lo hacen, de manera inexplicable los acusan de solo quejarse y les reclaman dinero para contrataciones. Así no se podrá salir adelante.

Si nos fijamos en Emelec, el eterno rival del barrio, podremos entender cómo se siembra para futuro.

Neme ha trabajado desde el 2009 con seriedad, responsabilidad y proyectos, por eso ahora están cosechando. Ellos no fueron campeones el primer año ni el segundo, pero han estado en los primeros lugares desde el principio.

Es hora de que hinchas y socios entiendan que atender lo urgente no es lo que va a salvar a Barcelona, lo que salvará a Barcelona será atender lo importante.

lunes, 21 de diciembre de 2015

¡Gracias Steve!

¿Conspiración o Brutalidad?

Creo que el revuelo que ha causado el infortunado acontecimiento de anoche en el evento de Miss Universo es totalmente justificado.

Es un hecho que despertó interés por ser un hecho sin precedentes y llamativo, pero de ahí a empezar a tejer dramas y teorías de conspiración me parece demasiado exagerado.

Sin embargo, debo decir que este comportamiento humano no me sorprende. Nuestra naturaleza nos hace buscar historias detrás de las historias aunque para eso tengamos que rendirnos ante "supuestas pruebas" que alguien trata de hacernos creer en vídeos que no son claros o con audio que no se entienden.

Todos tienen el derecho de creer y opinar lo que crean es lo correcto y yo lo respeto mucho, así que de esa manera también expreso mi opinión a la espera del mismo respeto.

1. Creo que este novedoso y lamentable suceso fue producto de una terrible y casi imperdonable equivocación.

2. Me parece que querer encontrarle una explicación racista al evento nos haría mucho más racistas a nosotros.

3. Creer que todo fue un complot para "humillar" a la representante colombiana me prevé que no tiene sentido. Creo que ella no fue humillada de ninguna manera, debe haberse sentido horrible sin duda, pero humillación no fue ese sentimiento.

4. Si alguien podía salir humillado de ese complot era el presentador Steve Harvey, y así fue. Él sí salió humillado y lo siguen humillando.

5. Creer que Donald Trump, quien vendió los derechos de realización del evento hace seis meses, fue el creador del incidente por declaraciones en su contra que realizara la participante colombiana, es algo que aún no le encuentro ni forma siquiera.

La participante colombiana -guapísima por cierto- no tiene nada de que estar avergonzada y creo que ya puede ser considerada la "primera finalista más famosa de la historia" y podrá sacar mucho provecho mediático y económico de aquello.

El gran perdedor de la noche fue el presentador, quien tendrá que esperar mucho tiempo, y tal vez no le alcance, para quitarse de encima este episodio y la burla del público.

A Donald Trump ni le quita ni le pone lo que digan de él durante unos días.

Por mi parte, yo ya disfruté de este episodio riendo con tantos memes y comentarios en redes sociales, así como me distraje un poco leyendo historias inverosímiles de la "tenebrosa conspiración".


¡Ojalá ustedes lo hayan disfrutado de la misma manera!

martes, 22 de septiembre de 2015

La Ley "Carlitos Cedeño"

La violencia continúa...

Hace 8 años el país deportivo lamentaba uno de los hechos más lamentables vividos en un escenario deportivo.
Hace 8 años todos hablábamos de la urgencia de hacer algo por detener la violencia generada en las gradas.
Hace 8 años seguimos esperando resultados reales que vayan más allá de engaños y auto-engaños pensando que se está haciendo lo correcto.
Hace 8 años el Arq. Antonio Ubilla Mancheno sacaba de sus experiencias y sentimientos una demanda que aún tiene vigencia.
Hoy, 8 años después, debemos reconocer con dolor que este artículo tienen plena vigencia porque poco o nada se ha hecho para eliminar sus advertencias.

En estas letras, el tiempo no ha pasado...

BASTA DE BESTIAS
Esa era la frase que escuchábamos en una cuña de televisión a mediados de la década de los 80 cuando se intentaba frenar la ola delictiva de atracos y violaciones en todo el país.
Parafraseando aquel mensaje debemos al unísono decir BASTA DE BESTIAS EN EL FUTBOL.
Algunas veces lo manifesté en programas de radio y de televisión, que esos mal llamados hinchas, o “barras bravas “, no son más que repugnantes delincuentes.
En algunas oportunidades referí la muerte de Roberto Basile, el miércoles 3 de agosto de 1983 en el estadio de Boca Junior.
Basile, de 25 años de edad, empleado bancario acudió a la popular que da al riachuelo, y se instaló junto a la hinchada de su querido Racing, cuando una bengala se incrustó en su cuello y le quitó la vida.
Ese trágico suceso, que algunas veces tomé como nefasta referencia de lo que podía ocurrir en un estadio, ya pasó acá en nuestra ciudad, el día de ayer en el estadio Monumental de Barcelona.

¿TODOS DELINCUENTES?
Definitivamente no, así como es mi propio caso, conozco de miles de personas, que toda su vida fueron fanáticos del deporte más popular, que asistieron siempre a los estadios, que cultivaron toda su vida el amor por el fútbol, y que así como yo jamás acudieron al estadio con una mochila o algo parecido, que nunca arrojamos una botella o una piedra a la cancha o las gradas, entonces debemos concluir que son una minoría de los que van al estadio para desatar bajas pasiones e instintos criminales.
Varias veces expresé mi criterio sobre las manifestaciones que podemos testificar en los estadios, esos extintores de los que emanan humos horrorosos, bengalas, petardos y otros artefactos que contaminan el ambiente, y que deben ser de una vez por todas erradicados de un espectáculo deportivo.
Tampoco me gusta esa interminable cantidad de tiras de papel que transforman el campo de juego en un verdadero basurero, que casi siempre retrasan la iniciación del juego, y que en muchas ocasiones, una vez iniciado el encuentro dificultan la visual para las líneas definitorias del gramado.  Felizmente esas tiras de papel difícilmente puedan causar una lesión grave a un espectador.

ENEMIGOS  DEL  FUTBOL
En la edición 3331 de la revista El Gráfico del 9 de agosto de 1983 literalmente se expresaba :
“Que la sociedad se defienda de los delincuentes, y una manera de hacerlo es colaborar denunciando, facilitar la acción policial y segregar a quienes escudados en banderas, bombos y otros artículos pueblan sectores de los estadios haciéndole creer a todo el mundo que son hinchas.  El hincha no agrede, no depreda, no hiere, no mata. Quien hace todo eso es, lisa y llanamente, un delincuente calificado “
Casi un cuarto de siglo ha pasado desde que leí aquella crónica de la revista argentina, y lo que muchas veces temí, pero también anhelé que nunca llegara a nuestros estadios , lamentablemente ya pasó.

RESPONSABLES SOLIDARIOS
Son muchos, los principales son aquellos que escondidos en las masas acuden a los escenarios a protagonizar esos actos criminales, y a los que ojalá en algún momento, y que esperemos no sea demasiado tarde se impida para siempre su ingreso a los estadios.
Hay otros responsables, desde luego la policía, incapaz de prevenir y de reprimir a los delincuentes.  Así como son plausibles algunas medidas, como la de retirar películas oscuras de los automotores, la de efectuar requisas para decomisar armas, u otros operativos similares, es también evidente que se detecta negligencia de acción.
La reflexión anterior resulta de una simple deducción, un artefacto como una bengala,  un extintor, una herramienta que permita destruir el hormigón de una grada para convertirlo en proyectiles, o una bandera con una madera o tuvo de PVC, no puede ser ingresado bajo una camisa o en una billetera, lo que evidencia que no hay una revisión a los espectadores, ya que si se efectuara no habría posibilidad que llegue al interior en una tribuna.
En un medio escrito ya se anunciaba que una de las hinchadas tenía listo una fuerte dotación de petardos, humos, bengalas, y aquello es estúpidamente aceptado como una demostración de cariño a una camiseta.
Se sabía que llegarían todos esos artículos al estadio y no se impidió su ingreso.
Son responsables también los dirigentes, que no son capaces de evitar con todos los medios posibles que se produzcan esos incidentes, en algunos clubes, los mismos dirigentes proporcionan entradas, y hasta colaboran con gastos de movilización para esas denominadas “ BARRAS BRAVAS “.
Hemos sido testigos de interminables reuniones en congresos para discutir y hasta pelearse, para levantar un ridículo término de “ persona no grata “ a un determinado dirigente, para levantar sanciones, para multar a un técnico que expresa que un equipo juega de manera asquerosa, para solucionar amnistías a futbolistas patanes, a diseñar mediocres torneos, etc.
Esos dirigentes no han sido capaces de legislar, de resolver, de proponer y velar por el cumplimiento de medidas que permitan controlar la violencia en las gradas.

CARLITOS
Ahora todo podría resultar absurdo, ya no se puede remediar nada, sólo reflexionar y lamentar profundamente la muerte de Carlos Cedeño.
¿Habrá pensado ese criminal, el que disparó la bengala, lo que podía ocasionar? Seguramente no, porque muy distinto de lo que algunos manifiestan, que este tipo no pretendía matar a alguien, ese individuo, lacra social, no puede tener conciencia, su inmensa estupidez jamás le permitiría sospechar de las consecuencias de sus malditas acciones.
Carlos Cedeño, de 11 años, acudió al Monumental a disfrutar de un clásico, todos sabemos ya que no podrá estar orgulloso de aprobar un año escolar, jamás podrá exhibir un título de bachiller, no podrá volver a abrazar a sus padres, tampoco llegará a formar una familia, a ser un individuo productivo, de la misma manera no disfrutará de las situaciones lindas y tristes de la vida, ya no estará más entre nosotros.  El fue a alentar a su querido EMELEC, pero una bestia le impidió seguir viviendo.
Hay silencios que son ensordecedores, esperemos que las autoridades seccionales, la dirigencia provincial y nacional de fútbol, no callen, que actúen de manera ejemplar y se promulgue una ley que impida para siempre el ingreso de esos artefactos a un estadio.
Debe investigarse hasta las últimas consecuencias, encontrar los culpables y encubridores de este asesinato, no descansar hasta conseguir que sean identificados y detenidos.
Ahora es el momento, este es un motivo suficientemente importante para un congreso extraordinario, para que se legisle inmediatamente la prohibición de ingreso de todos esas armas a los escenarios,  ojalá se promulgue esa ley, a la que se podría llegar a identificar posteriormente como: La ley Carlos Cedeño.

ARQ. ANTONIO  UBILLA   MANCHENO
@AntonioUbilla1
SEPTIEMBRE 17 DE 2007

lunes, 3 de agosto de 2015

¿NO AL RACISMO?


Del racismo, la discriminación y el manejo de la información

Si hacemos un recorrido por los noticieros de televisión que se emiten en Los Estados Unidos de América, no es muy difícil encontrarse diariamente con casos en los que expresamente se hacen reclamos por discriminación o por racismo.

Un arresto con violencia, un derecho negado, un trato grosero a un cliente o un caso de reclamo laboral, pueden ser relacionados casi de manera inmediata con el terrible virus de la discriminación. Los medios de comunicación lo ponen en evidencia a su manera y lo condenan con firmeza.

Pero, ¿de dónde viene el trato discriminatorio? ¿Acaso viene siempre de los protagonistas de la noticia o es que quienes estamos encargados de la comunicación queremos que se interprete de esa manera?

Hoy les comparto un caso con el que pretendo demostrar, que el poco tino para el tratamiento de una información, puede ser más dañino que el hecho que queremos denunciar.

El noticiero de Univisión comenzaba en la mañana con una noticia leída de la siguiente manera:

Fue identificado un hombre "afroamericano" acusado de asesinar a un policía "anglosajón" en Memphis, Tennessee...

Me pregunto, ¿qué necesidad periodística existe de enfatizar los orígenes o características raciales de los protagonistas de la información? ¿No era suficiente decir que el sospechoso del asesinato de un policía había sido identificado?

La prensa debe ser responsable y consciente de que las herramientas de la comunicación deben ser utilizadas de manera correcta. 


No podemos aparecer en los medios rasgándonos las vestiduras protestando contra la discriminación, al tiempo que usamos en los mismos medios un lenguaje que la promueve.

Decir NO AL RACISMO no debe ser un enunciado, debe ser una forma de vida.

miércoles, 27 de mayo de 2015

¡El fútbol está feliz!

La soberbia de Blatter

Los humanos somos especiales. Creamos cosas a las que después culpamos de nuestros malos ratos. 

Si se trata de inventos para la comodidad, les echamos la culpa de hacernos vagos; si hablamos de tecnología, nos quejamos de que nos hace esclavos; si se trata de redes sociales le echamos la culpa de la agresividad y de la intolerancia. Siempre son los elementos los culpables, no nosotros los humanos.

Ante la impactante noticia que se comenta en las últimas horas con respecto al escándalo de la FIFA, no es ajeno escuchar a algunos decir que el fútbol ha traído corrupción.

¡No señores! El fútbol no trae la corrupción. La corrupción no viene sola, pero viene creada por la mala fe de los humanos.

La voz del máximo dirigente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado no tardó en escucharse al hablar del tema, pero lejos de mostrar vergüenza propia y por sus amigos, llegó a compadecerse… ¿De quién?... Del fútbol.

“Este es un momento difícil para el fútbol, para los aficionados y para la FIFA como institución” dijo Blatter.

Solo la soberbia de quienes se sienten por encima del mal puede haberlo hecho expresar una cosa así.

¿Momento difícil para el fútbol, la afición y la FIFA?

No señor Blatter. El fútbol, la afición y la FIFA no tienen nada por qué avergonzarse ni nada que lamentar. El momento difícil es para los dirigentes, comisionados y/o empresarios corruptos que han querido servirse ilegalmente de una de las actividades más lindas del mundo.

El fútbol está feliz, Sabe que ahora más que nunca tiene posibilidades de volver a sus esencia y vivir en la cancha de la mano de las 17 reglas que generan la pasión más grande en el mundo, en lugar de estar esperando lo que unos cuantos hombres muy bien vestidos decidan en la mesa de alguna velada de lujo.

La afición está feliz. Lee cada novedad del “FIFAGate” con la esperanza de volver al estadio con la fe de que el mejor equipo será el que gane en la cancha, así como de que las cosas se definan en las reglas con igualdad de condiciones y oportunidades.

La FIFA está feliz.  Ve la oportunidad de sacar de su interior una porquería que la ha tenido enferma por tantos años. Está feliz con haber encontrado alguien que le dé un vomitivo para sacar la podredumbre de sus entrañas y pensar en una pronta y seria recuperación.

El momento difícil es para los corruptos. Los que pensaban que la impunidad era para siempre y hoy se ven atrapados y por su avaricia, no por el fútbol.


El fútbol comienza a vivir mejores días y está limpio… Tal vez más limpio que nunca y no hay nada que lamentar. Como dijo Diego Maradona, en una de las pocas frases que concuerdo con él, “La pelota no se mancha”