domingo, 6 de mayo de 2012

¡Intervención!


¿INTERVENCION vs INTOCABILIDAD?

La historia de denuncias de intervención a las Federaciones Ecuatorianas o al Comité Olímpico Ecuatoriano no es nueva. Ni siquiera la suspensión de Ecuador en el Comité Olímpico Ecuatoriano sería algo nuevo de contar para Danilo Carrera.

Luego de 20 años de presidencia de Sabino Hernández en el COE, un día de noviembre de 1996 desembocó en la elección del Ing. Jacobo Bucaram como su sucesor. Supuestamente la voluntad de las Federaciones Nacionales así lo había decidido.

Se vino un período de convulsión política, la caída de un Presidente de la República y aparentemente con esos hechos también se vino, liderada por el economista Carrera, la idea de que las federaciones al momento de la elección habían sido presionadas desde el gobierno para elegir a Bucaram en el COE.

Aún no se terminaba de secar el sudor de la camiseta con la que Jefferson Pérez ganaba para nuestro país el mayor logro de nuestra historia deportiva, cuando las federaciones nacionales se auto-convocaban a principios de agosto de 1997 para cambiar la decisión de noviembre, desnudando entonces la realidad de que los dirigentes iban a cambiar junto al nuevo rumbo político que había tomado el país.

Luego de decidir que Bucaram había ganado la Presidencia del COE debido a influencias del gobierno de su hermano, las Federaciones procedieron a designar como nuevo mandatario al entonces Presidente de la Junta Monetaria del Ecuador, economista Danilo Carrera.

Fue cuando el COI, ante la presencia de 2 personas que se atribuían la Presidencia del COE, decide suspender provisional e indefinidamente, y con efecto inmediato, al Comité Olímpico de Ecuador (COE)”

El COI expresó en aquella oportunidad que el inconveniente del COE era "un problema local en el que no debe interferir y que debe ser resuelto en el propio país y por sus organismos deportivos”

También fue enfático en no tomar una decisión definitiva por dos razones: “la dudosa legalidad de una asamblea auto convocada y el hecho de que ésta se excediera de sus funciones al tomar acuerdos respecto a puntos que no estaban incluidos en el orden del día que motivó la asamblea extraordinaria”

Carrera se manifestó “respetuoso” de la decisión del máximo organismo del Olimpismo Mundial, presentando de inmediato su renuncia al cargo para el que, según sus declaraciones había sido elegido de manera legal y “anteponiendo únicamente los intereses del Ecuador, del deporte nacional y de las justas aspiraciones de los deportistas, como solución válida e inmediata de este complicado problema”

Con tiempo suficiente para ratificar el apoyo de las federaciones que ya se habían acostumbrado al nuevo gobierno que los apoyaba con tal de eliminar cualquier vestigio “bucaramista”,  en noviembre de ese mismo año, 22 federaciones ecuatorianas por deporte eligieron, en menos de media hora y por unanimidad, al Presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano que hasta hoy sigue al frente de la entidad.

En aquella época el deporte ecuatoriano seguía siendo manejado desde el Ministerio de Educación Cultura y Deporte, que a su vez tenía un “Consejo Nacional de Deportes” cuyo Secretario Ejecutivo era la voz deportiva del Gobierno.

Luego se llamó Secretaría Nacional de Deportes, se nombraron Secretarios de Deportes con “rango de Ministro”, hasta llegar a la oficialización de la nueva entidad Ministerio de Deportes.

Pasaron muchos representantes gubernamentales y la historia era siempre la misma: Amistad, risa, elogios y esperanza de ambas partes hasta que los olímpicos reclamaban más dinero y los oficialistas exigían nuevos mecanismos.

Si llegaba o no llegaba el dinero, la forma en que llegaba o quién debía repartirlo eran temas recurrentes que durante 12 años parecen no haber tenido solución, ya que reformas y nuevas leyes iban y venían sin encontrar la aceptación de Danilo Carrera, quien de inmediato mostraba la carta que ya le había dado resultados en los 90: La suspensión internacional”.

Todos los gobiernos fueron claudicando en sus pretensiones cuando el Jefe del Olimpismo sacaba su carta, y de esta manera el manejo de la “cosa olímpica” en el Ecuador seguía siendo motivos de sonrisas para todas las federaciones, que cada vez en menor número, eran nombradas por sus organismos dependientes ya que lo hacía el organismo del cual dependían.

Hoy existen 46 federaciones ecuatorianas por deporte, y de acuerdo al informe del economista Carrera, sólo 4 han podido ser nombradas por sus asambleas ya que las 42 restantes han tenido en su historia ni clubes ni asociaciones que puedan hacerlo, pese a que esa era la primera misión que el mismo COE le ponía a cada una de las “directivas provisionales” que elegía por una y otra vez aunque no cumplieran ese objetivo.

El poco pueblo ecuatoriano que se preocupa por este inconveniente hoy se encuentra en una disyuntiva:

¿Llegó el momento en que el COE sacrifique su “intocabilidad” en beneficio del verdadero desarrollo del deporte, o debe el gobierno renunciar a su misión de fiscalización administrativa, financiera y deportiva con tal de que el país no sea sancionado por el Olimpismo Mundial y convertirse en carne de cañón del momento político del país?

Si analiza con detenimiento este escrito, notará que lamentablemente todo tiene que ver con intervención.

La intervención de Bucaram contra Hernández, la de Carrera contra Bucaram, la del Gobierno contra el COE, la del COE contra las Federaciones, la de las Federaciones contra los deportistas… Y sigo contando.

Con la intención de profundizar un poco en el tema me he alargado mucho en el texto y aún me quedé con cosas en la cabeza que es necesario contar.

Les prometo una próxima entrega, más corta por supuesto, en la que les hablaré de cómo se entrega el dinero a las federaciones nacionales a través del COE, de cómo se hacen los reglamentos para afiliaciones de asociaciones y clubes, de cómo se designan nuevas federaciones nacionales y de otras clases de intervenciones en el deporte